La avena es un cereal muy popular cuyo consumo se remonta en la antigua Roma, poco a poco se extendió hasta el oriente y posteriormente al continente americano. En la actualidad consume mayormente copos y como bebida vegetal es muy apetecida debido a sus diversas propiedades nutricionales.
Aporta buenas cantidades de vitaminas, minerales, proteínas y grasas saludables. Su riqueza en fibra ayuda al mejoramiento de la flora intestinal, también produce sensación de saciedad lo que evita comer a deshoras y a desequilibrar la dieta.
Es rica en antioxidantes y antiinflamatorios, aporta calcio, selenio, potasio, silicio, cinc y vitaminas E, B2, B3. La avena contiene una fibra soluble llamada betaglucano que ayuda a disminuir el colesterol. Estimula la actividad del páncreas y estabiliza el azúcar en la sangre por ello es recomendable para diabéticos no insulino-dependientes y protege de algunos tipos de cáncer, como los de colon, mama o próstata.
Gracias a la vitamina B1, el calcio y los alcaloides de la avena, se refuerza el sistema nervioso lo que favorece la capacidad para relajarse, concentrarse y prevenir el agotamiento mental.
Por ser una de las bebidas vegetales más digestivas es ideal para aliviar los síntomas de personas con gastritis y estreñimiento. Tiene un sabor suave, así que se puede tomar sola o sirve como base para elaborar batidos, acompañar el café, preparar sopas, postres y muchas recetas más. Es 100% vegetal y orgánica, no contiene colesterol, ni lactosa, ni azucares añadidos.
Consume avena de manera regular y sentirás la diferencia.
Fuente: Revista Cuerpo y mente